Ni una gota de petróleo en la Huasteca, porque la vida se agota

 

 

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“Por amor a la tierra”.

 

Asi se denominó al concierto que brindó la Orquesta Sinfónica de este Estado. en Xilitla, SLP.

El templo de San Agustín cobijó a un público que abarrotó cada centímetro de su área, afuera una bocinas prolongaron las armonías a los que no  pudieron estar dentro.

La agradable noche del 29 de septiembre, dia de los arcángeles defensores del paraiso contra los demonios. Las notas musicales de diversas obras de grandes músicos, cimbraron hasta los cimientos centenarios de un templo colonial edificado en los años 1500.

Beethoven, Márquez, Revueltas, Moncayo, entre otros y arreglos de la propia orquesta, conmovieron a todas y todos.

Las palabras de Rogel del Rosal y del Director de la orquesta, acompañados simbólicamente de defensores indígenas teenek y nahuas,  fueron recibidas con respeto y atención. Advirtiendo que el amor a la tierra, es amor por la naturaleza, por el agua, por el viento y la espiritualidad ancestral de cada ser vivo.

Que la extracción y explotación de los recursos, no debe permitirse, si condena el futuro del mundo y de las próximas generaciones.

La irracionalidad de ganancias de la industria del petróleo y el gas, resulta inadmisible. Cuando lo que debe imperar por todos y todas, es la racionalidad de una perspectiva de derechos, colocando a la vida y la dignidad en el centro del desarrollo.

El exhorto sigue siendo para los gobernantes, al gobernador y al presidente electo, a no continuar la senda de los megaproyectos de muerte en la Huasteca y el mundo.

En medio del concierto, un arreglo musical sono como un himno. Xochitlpilzahuatl, flor menudita o lánguida. La pieza mas emblemática de la espiritualidad en la Huasteca, de una Huasteca indígena y mestiza que como los arcángeles, enfrenta a los demonios de nuestro tiempo, con amor y esperanza.

Xochitlpilzahuatl arrancó ovación y aplausos como expresión de una afirmación de identidad regional.

Con un cierre apoteótico, la orquesta sinfónica dejó sembrado en cada espíritu, el ánimo y la fuerza para continuar la defensa de la vida y del paraíso. Su contribución a esta lucha es en aliento para quienes desde sus ámbitos, siguen poniendo un grano de arena y se han colocado como defensores del mundo.

Muchas gracias.

 

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