Es muy triste que se vayan las mentes lúcidas en este preciso momento en el que les necesita México.
La Revista Elite siente su fallecimiento.
Por: Orquídea Cruz Coria / revistaelite_slp@hotmail.com
Carlos Fuentes 1928-2012 . La Prosa divina de México.
Personaje panóptico, vasto, audaz que retrató al país a través de sus obras, a tal grado que desde el extranjero, las buscan como referente mexicano porque a través de un retablo, pensaba y describía a México y su mexicanidad con una grandeza e imaginación incomparable, con amplia capacidad de observación para explorar la condición humana desde una visión externa, tras bambalinas, crea una imagen que rebasa lo precisamente literario y lo estrictamente nacional que trata de reflexionar sobre el mundo, siendo promotor cultural y analista político casi historiador, impulsor de autores, conocedor de la plástica y el cine. Un personaje cosmopolita entrevistado por las revistas internacionales. Figura que muy difícilmente podrá repetirse en los motores culturales de esta nueva generación, ya que no pretenden hacer una “obra total” que retrate la parte histórica del mundo. Fuentes es un intelectual insustituible porque definió, medio siglo de historia de las letras latinoamericanas.
El testimonio de aquellos que tuvieron la ventura de conocer a Carlos Fuentes de cerca.
Xavier Velasco, Escritor novelista que conoció a Carlos Fuentes por el interés del maestro, de leer los contenidos de escritores más jóvenes.
“Tuvimos los mismos editores por lo que leyó mi novela “Diablo Guardián” y me adoptó, ofreciendome su amistad. Tuve la suerte de congeniar con su esposa “Silvita” Lemus, quien me hizo una entrevista para su programa de televisión y a partir de allí, tuve una relación muy especial con ellos. El verano pasado pasé por Londres porque iba yo al torneo de Tenis en Wimbledon. Él me preguntó si iría y con vergüenza le dije que no, sin embargo cuando estaba ya de regreso me comuniqué con él, nos invitaron a cenar a mi esposa Nora y a mi y le dije, tengo que decirte dos cosas: Eso de “novelista sin novela” que algún día comentaste, ha sido uno de los más grandes acicates para mi, y gracias a eso en buena parte me atreví a hacer mi novela. Y la otra, es que cuando me dijiste “llegaste de Wimbledon” también me dejó una herida, quiero decirte que en este momento vengo llegando de Wimbledon así que, estamos en paz. El se rió muchísimo, así pasamos buena parte de la noche tomando vino y algo más. fue cuando me di cuenta que teníamos una amistad. Yo desde la adolescencia me escapaba de la escuela para ver sus conferencias, él no lo sabía pero desde entonces era su amigo. Esta es una de las amistades de las que puedo estar más contento en la vida porque lo que más quise como discípulo, fue granjearme la amistad del maestro”.
En la opinión de Carlos Fuentes, Xavier Velasco es una “isla” y estos autores jóvenes de la generación del sol son “un archipiélago”. Xavier habla de cosas muy específicas como su vida, es autobiográfico, mucho más íntimo y no tiene más pretensión sobre la nación”.
Cristina Rivera Garza, narradora, poeta e historiadora, ganadora en San Luis Potosí del Premio Nacional de Cuento 1987.
Reconocida por Carlos Fuentes, que se acerca a ella logrando un dialogo intergeneracional muy interesante.
“Que Carlos Fuentes parta precisamente en el día del maestro, me confirma lo preciso que puede ser, a veces, el azar. De entre todos sus legados, que son muchos, yo me quedo antes que nada con su generosidad. Tal como lo enumeró en ese entrañable libro que es “En esto creo” (Seix Barral, 2002), Fuentes sabía de la amistad y la apreciaba por sobre todo lo demás. A ese aprecio por los otros, a esa voraz curiosidad por todas las cosas de éste y otros mundos, a su deseo constante por entender, imaginar y conectarse críticamente con su entorno, le debemos esa obra suya, tan vasta como fundamental. Tienen razón los que dicen que con su partida se cierra, en cierto modo, el siglo XX mexicano. Me quedo con su talante crítico, ya sea en materia de teoría literaria—su aprecio, por ejemplo, por varias vetas experimentales en cierta novelística moderna—como en asuntos de política. Fuentes nos enseñó a pensar críticamente la posición de México en la historia y en el contexto de este mundo contemporáneo cuyo futuro descansa, y en esto estoy muy de acuerdo, en un aprecio cada vez más urgente y puntual por las diferencias que lo signan y le dan sentido. Su visión, por otra parte, también nos ayudaba a clarificar los signos de nuestro presente”.
_Ignacio Padilla, escritor, ensayista. galardonado con el Premio Nacional de las Juventudes Alfonso Reyes 1989.
“Como su obra, la vida de Carlos Fuentes ha sido total, expansiva; fincada lo mismo en la inteligencia que en la pura voluntad; en la generosidad menos que en la soledad; en la lucidez siempre a parejas con el placer de contar. Imposible articular ahora, cuando se suma el dolor a tal vastedad, lo que me importa y me duele su ausencia. Fuentes mismo defendía, para casos como éste, la vigencia de los lugares comunes de la pena impronunciable. Yo acudo ahora a esos lugares comunes, pues sé que no conseguiré expresar esta pena y que no diré nada que no hayan articulado ya otros mejores que yo. Pienso sólo en que sin él, nuestra literatura en el mundo no sería; reitero que él construyó los puentes y los laberintos entre sus maestros, sus contemporáneos y sus discípulos. Sólo por eso, Carlos, aun al margen de tu magnífica obra, te contaré siempre entre mis gigantes y como tal, siempre al lado de tu inseparable Silvia, seguiré leyéndote, queriéndote y agradeciéndote tu guía, tus libros, tu amistad, tu inteligencia”.
José Luis Cuevas, pintor, dibujante, escritor, grabador, escultor e ilustrador mexicano.
“El mejor escritor de México internacionalmente apreciado por todas las ciudades del mundo. Con Fuentes se han ido todos los grandes amigos”.
Federico Reyes Heroles, escritor y ensayista.
Decía Alexis de Tocqueville, “la fortaleza de una nación radica en la solidez de sus recuerdos y en el poderío de sus sueños”, pero los recuerdos y los sueños se tienen que plasmar en palabras.
Resumí su participación en Bellas Artes:
Si una palabra permite reconocernos, compartir, ser en lo individual y en lo colectivo, encontrar un alma que sienta por si misma y por los demás, son los aspectos de la escritura que es un misterio, el quehacer de ampliar el alma para sentir más y mejor, y poner esos sentimientos en negro sobre blanco, atraparlos en palabras. Mi referente era el escritor Carlos Fuentes quien atrapó la atención entre las tradiciones y la modernidad relataba una de sus grandes obsesiones, el “Tiempo” subjetivo de Kant. Su gran obstinación fue construir una nación con identidad que obligue al encuentro a través de la palabra, decir las cosas y decirlas a tiempo con un sentido final, capaz de emanar emociones. Un escritor no puede tener límites. debe experimentar emociones diversas, disfrutar de una deliciosa nieve o bailar en algún arrabal de Buenos Aires. Carlos vio con claridad que tenía varias misiones culturales que debía cumplir, servir de puente y enlace entre los brillantes pero desorganizados brotes de la literatura de habla hispana. Carlos Fuentes el gran conquistador con un “gran” poder en la moralidad que explotaba segundo a segundo se tomo en serio su oficio, ejemplo para muchos. Un seductor que atrapaba con un sólo instrumento: La palabra, la construcción de las oraciones, los párrafos, los adjetivos, su cuidadosa dicción y por supuesto su gran capacidad histriónica al servicio de las ideas. Generoso con los escritores jóvenes a quienes nunca se cansó de impulsar, por algo murió el día del maestro. Fue un hombre que discutía a México, fue un hombre cruzado por la pasión de la charla frente la hoja en blanco ante la estética. Carlos se encargó de llevar México al mundo y traer el mundo al ¡México próspero!.

















