Hay muchas cosas que no se dicen, que no se cuentan o no se cuentan como deben contarse, hay silencios que despiertan duda, que siembran sospecha, que invitan a la reflexión.
Y creo que hay que hacerse preguntas, muchas preguntas, porque tengo la impresión que una sociedad como la potosina, a veces no se cuestiona a si misma, no se mira hacia adentro, no se formula interrogantes.
A veces creo que hay que desconfiar mucho de los medios convencionales de comunicación porque algunos de ellos parece impórtales más el dinero, guardar silencio y servirse de la sociedad que servirla a ella. Hay como una relación promiscua con el poder económico.
Está visto que hay grandes fuerzas que están más interesadas en provocar desconocimiento, porque justo lo que no se quiere, es una sociedad bien informada, una sociedad educada, una sociedad que piense.
Tal parece que algunos medios tradicionales de comunicación, han preferido alinearse con grupos de poder económico y han dejado a un lado su compromiso colectivo y el de ofrecer excelencia en la calidad informativa.
Y esto no es nada nuevo pues se sabe bien que el “no dejar saber” es desde hace tiempo, una forma de control y ahora la estrategia de dominio me parece que está mas vigente, que es más perversa, que está más sofisticada.
De aquí la importancia de saber distinguir y clasificar muy bien la información que se recibe, de estar alerta y no dejarse arrastrar por lo inmediato.
Me parece que es fundamental no basamos en hechos tergiversados, desviados, incompletos, cortados a la mitad y rechazar al sectarismo que sólo divide.
No sobra decir que detrás de un mensaje siempre hay alguien que lo envía. Hay que preguntarse quién es ese alguien, por qué lo envía, para qué lo difunde, por qué en ese momento o en tal contexto o circunstancia.
Creo que hay que hacerse preguntas y saber resistir, sí, resistir. Y hay que ser un lector responsable y saber distinguir la calidad de la información que se ofrece, que se promueve, que bondadosamente se invita a consumir.
Pienso que hay que hacer como una “dieta de medios” y escoger muy bien los ingredientes nutritivos que la alimentaran, porque finalmente eso significa ser un ciudadano responsable, un ciudadano con ideas y decisiones propias, muy propias.
Hay que hacer el esfuerzo y promover que es necesario tener un espíritu crítico. Y promoverlo en las escuelas, en las universidades, en casa, en los niños, en la juventud, en todos lados. Finalmente no tenemos que tragarnos mucha de la porquería informativa que flota por allí.
Entonces me parece que tenemos que ser activos con conocimiento y saber acercarnos muy bien a la verdad- que ya sabemos que nunca es absoluta-, que es muy difícil pero por lo menos hay que hacerlo de una forma honesta, transparente , plural, con respeto para el que piensa de una manera diferente.
Finalmente las riendas de nuestras vidas y de nuestra sociedad hay que llevarlas nosotros, sólo nosotros, creo.
José Ignacio Dávila Álvarez es egresado de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) donde cursó la carrera de Diseño Gráfico. Es periodista desde 1985 y ha colaborado en diversos medios de comunicación. Fue titular de XHSLS Tv, Canal 9 en San Luis Potosí, (México).Ha sido funcionario público y catedrático universitario. Es directivo del Colegio de Periodistas y Comunicadores de San Luis, A.C.