
Por José Martín
Esta es una breve explicación de la Nueva Reforma Laboral en México.
Para crearse una mejor idea de los puntos que trata, sugiero entrar a la página del gobierno y descargar el archivo PDF y leer el documento completo.
Realmente vale la pena echarle una ojeada.
Esta vez quiero platicar con ustedes acerca de la Nueva Reforma Laboral en México. Si no saben bien de qué trata o en qué consiste, no se preocupen, yo la leí completa e hice un pequeño desglose rápido con los puntos más importantes de esta pretendida reforma y se los voy a explicar brevemente:
La reforma laboral contiene una serie de leyes que suponen o proponen ayudar al trabajador en el ámbito laboral facilitando su contratación, en donde el despido sería la última opción de las empresas que estén en crisis o en quiebra. El único problema de esto es que las empresas tienen muchas maneras de amañar sus datos y de decir que están en quiebra, y con esto justificar los despidos.
Otro punto muy importante de esta reforma laboral es que se establece el outsourcing, es decir, que las empresas podrán hacer contratos temporales, no dando trabajos de planta sino contratos breves. Además esta nueva reforma formaliza el periodo de prueba hasta por tres meses con lo que el patrón o el empresario no adquiere ninguna responsabilidad con los trabajadores y, de considerarlo así, puede rechazar al empleado, es decir, despedirlo, pagándole únicamente un finiquito más no una liquidación formal y compensatoria.
Esto perjudica mucho al trabajador pues le impide generar antigüedad y, siendo así, el empresario solamente liquidará al trabajador tomando en cuenta solamente el último mes trabajado dentro del período de prueba, no en función del tiempo total laborado. Y evidentemente, como son contratos por períodos a prueba, no se van a tener vacaciones, ni aguinaldo ni servicios de salud. De hecho esta reforma no habla de salarios dignos, lo cual considero que sería mucho más importante y esto no se toca.
Otro punto que trata esta reforma es el pago por hora, no por jornada trabajada o por jornada laboral, en un período a prueba, sin obligación por parte del patrón de cubrir derechos sociales como el seguro y el fondo de ahorro, y sin derecho el trabajador a contar con planta laboral en base a su antigüedad efectiva y, en su caso, ser liquidados en forma legal y compensatoria, no discrecional y mínimamente, como pretenden legislar ahora.
Por ahí va, entre otros rubros, esta nueva reforma laboral, para beneficiar en todo al empresario, sobre todo a los grandes, y el costo lo pagará la clase trabajadora, a cambio de una supuesta ampliación de las oportunidades de trabajo (supuestas migajas de 400 mil empleos) si, pero de trabajo precario, barato, desechable, con jornadas laborales muy complicadas.
Este engendro de reforma neoliberal busca que los empresarios tengan menos compromisos u obligaciones con los empleados y al mismo tiempo busca que los empleados se desalienten y no tengan recursos para demandar a los patrones cuando los trabajadores sufran algún tipo de violación o de injusticia.
Al mismo tiempo, se pretende fragmentar a los sindicatos. Yo sé que es cierto que en la mayoría de las dirigencias sindicales existen mucha corrupción y deshonestidad, pero es necesario tener -y fortalecer- un contrapeso que garantice la defensa laboral de los trabajadores.
Además, tratan de desbaratar los movimientos de huelga, pues gracias al outsourcing podrían contratar a otros trabajadores, pagándoles por hora y temporalmente, volviendo al círculo vicioso, pero dejando en indefensión a la clase trabajadora. Una rueda sinfín de esclavitud moderna, de explotación salvaje del recurso humano, lo cual ha sido siempre el distintivo de la política neoliberal.
Esta nueva reforma significa el pase de factura que los empresarios le meten a los políticos mexicanos, porque todos sabemos quiénes pagaron sus campañas –los empresarios- cuando fueron candidatos.
Todos sabemos que México tiene una casta de mega millonarios magnates que, en su conjunto, representan el 50% del total de inversionistas y empresarios latinoamericanos. Es decir, que en países como Brasil, Venezuela, Chile, Uruguay, Colombia y demás, todos sus magantes juntos, no superan a los oligarcas mexicanos. Además, tenemos el dudoso honor de tener al hombre más rico del mundo. Bueno, todos estos magnates empresarios, son dueños del país, de los políticos y de las leyes.
Todos sabemos qué empresas controlan a México, qué empresas son dueñas del país, pues bien, esas empresas tienen cientos de miles de trabajadores, a los que esta reforma va a perjudicar, pues estos empresarios quieren de regreso el dinero que invirtieron en las pasadas campañas electorales.
Así los empresarios, de mano de sus políticos, dan una puñalada trapera a los trabajadores, impulsando una nueva reforma laboral que no beneficiará a los trabajadores, pero lo que es peor, les quitará los derechos y prerrogativas que a través de diversas luchas han conseguido a través de los tiempos.
Y esta reforma la van a aprobar por inmensa mayoría los representantes por los que votamos, traicionándonos, como siempre, pero esta vez con el mayor cinismo. Si fuera tan buena esta reforma, deberíase aplicar también al presidente de la república, a los senadores, diputados, gobernadores, alcaldes, regidores, funcionarios de confianza, para ser justos deberían regirse por la misma ley reformada y no por una absoluta impunidad laboral con súper salarios y mega bonos, pensiones e indemnizaciones, lo cual es el precio que las oligarquías empresariales les pagan, a costa del pueblo y del erario.
Si usted es empresario no tiene de qué preocuparse, pues conseguirá mano de obra barata y desechable, en cambio si es trabajador o empleado, preocúpese, pues cada día trabajará bajo condiciones injustas, mal pagado y sin derechos.
Aquí quiero hacer un paréntesis, para comparar brevísimamente “nuestra reforma” con la venezolana y con la brasileña:
En Venezuela, por ejemplo, se elimina el despido injustificado; se aumentan los días de reposo por maternidad de 12 a 20 semanas y lo más importante, se aumenta en un 33% el salario de los trabajadores.
Brasil, por su parte, presenta una reforma laboral por la vía constitucional –a diferencia de México- que contiene los siguientes puntos, ninguno de ellos contemplado por nuestros “legisladores”:
1. Salario reajustado anualmente por arriba de la inflación.
2. Vacaciones garantizadas por ley, para todos los trabajadores, que tienen hasta un año de trabajo (o proporcionalmente) de un mes al año.
3. Jornada laboral de 44 horas semanales.
4. Seguro de desempleo.
5. Pago, por parte del empleado, del Fondo de Garantía por Tiempo de Servicio (FGTS), además de la inscripción obligatoria a la Previsión Social con sus respectivas cuotas.
6. En muchos de los casos, vales de consumo y transporte también pagados por el empleador.
7. Licencia de maternidad de entre 4 a 6 meses, dependiendo de los casos.
8. Décimo tercer mes de salario (correspondiente a mínimo un mes de trabajo por cada año y no a un “aguinaldito de quince días”).
9. Jubilación por edad, por tiempo de contribución, por invalidez y beneficio asistencial (especie de “jubilación” social para gente de menos recursos).
10. Inexistencia de Juntas de Conciliación y Arbitraje y sí en cambio, de Tribunales Regionales de Trabajo que son parte del Sistema Judicial y que son impiedosos con el patrón.
Bien por los venezolanos y mejor aún por los brasileños, muy mal por los mexicanos, pues ninguno de estos puntos está contemplado en la nueva reforma laboral en nuestro país.
Lo más importante es que los “chinchurrientos” salarios de los trabajadores mexicanos seguirán congelados “para evitar inflación” -“háganme el “refabrón cavor”- y para nada se establece un control sobre los exorbitantes salarios y mega prestaciones de la clase política mexicana.
Al final, el trasfondo colateral es que los neoliberales también pretenden golpear mortalmente al movimiento sindicalista mexicano, corrompido o no, con el fin de dar paso al Nuevo Orden Social, Político y Económico, que ni en Estados Unidos se han atrevido a establecer tan salvajemente. Allá, se paga por hora, sí, pero no siete pesos con cincuenta centavos sino de diez a treinta veces más y, en todos los casos se cumple con la obligatoriedad de la seguridad y prevención social, seguro de desempleo, servicios médicos y fondo de retiro.
Bueno, espero que les haya quedado claro el futuro de nuestros bolsillos y de nuestra familia, a menos de que se haga algo pero de manera inmediata.
Todos y todas tenemos la última palabra.
Gracias y hasta la próxima.

















