Por Orquídea Cruz
Al despertar la mañana
el cielo azul se engrandece
y el sol contento, fugaz
introduce sus destellos de entre los árboles
que iluminan al Rio Verde.
Y el agua corre… corre…
Como al tiempo de un adiós.
Claro, limpio y transparente
fluye el viento
y las hojas de otoño flotan
como barcos de papel
como jugando a la mar.
Y el agua corre… corre…
Como al tiempo de un adiós.
Las piedras perfectamente redondeadas
que al chocar el agua
se bañada de frescura y esplendor.
Un sonido en movimiento,
jícaras en son.
Y el agua corre… corre…
Como al tiempo de un adiós.