Té Madrugada 26

Por Edmeé Pardo

Me despiertan las cicatrices blancas que aluzan el cielo, el sonido de los truenos revienta el silencio de la noche, el aire se pasea enloquecido. Es de madrugada y una tormenta se avecina. Las puertas se azotan, los vidrios tiemblan y lo único que siento es miedo. No hay manera de volver a dormir, de distraerse con un libro, de hacer como si no pasara nada. Me asomo a la ventana. El agua se deja caer en una catarata aérea. El espectáculo me aterroriza y maravilla al miso tiempo. La naturaleza es un portento, está viva y yo la escucho, la siento. No puedo más que contemplarla. Llega la mañana con una claridad insospechada.

 

Deja una respuesta