Coronavirus_Cuarentena y Trabajo Social

Mg. Víctor Hugo MAMANI[1]

                La siguiente reflexión surge a partir de la imagen compartida en las redes sociales por Pablo Valle,  autor de “Cómo corregir sin Ofender” (1998).  Considero que Pablo expresa desde la imagen, cómo la humanidad se nos cae a pedazos o se hunde  como el Titánic, en la profundidad de una crisis generalizada (social, educativa, económica, sanitaria) provocada en el mundo por la circulación del COVID-19, (que llevó a 185 países a cerrar sus escuelas) mientras sus músicos -docentes nos preocupamos por “enseñar” ON LINE.

         Esta situación afecta a 1.500 millones de niños, niñas y jóvenes que representan casi un 90% de los estudiantes del planeta, según datos de la UNESCO.  Argentina aporta a este número global más de 10 millones de estudiantes que hoy pasan el día entero en sus casas.

           A las desigualdades escolares existentes con escuelas abiertas, ahora se suma el cierre de las escuelas y direcciona la mirada a las condiciones  económicas y habitacionales que imperan en los hogares de nuestros alumnos,  que habitan sectores en riesgo ecológico y social, al decir de Bertucelli. Asistir a la escuela para aprender, es una práctica social que queda descalificada del movimiento humano actual, impuesto por la pandemia y la cuarentena obligada.

         El Titánic se hunde; el virus avanza aprovechando la irresponsabilidad de muchos que violan la cuarentena (esa rara viveza transgresora argentina) escasea el alcohol en gel y aumentan los precios descuidados y  se clausuran comercios. La salud poblacional en riesgo, se siguen perdiendo vidas y nuestros mayores peregrinan y son castigados a grandes e indignantes filas, rodeando bancos  para cobrar su jubilación. En mi Provincia (Jujuy) la naturaleza desató tormentas, inundando en la noche a los sectores más desprotegidos, despertando la solidaridad de mi pueblo. Por otro lado, nuestro gobernador expresó que  los empleados estatales cobraremos los salarios de Marzo y por la crisis económica, peligra el cobro del mes de Abril.

         Mientras esto acontece, los músicos del Titánic – docentes, intentamos “enseñar” ON LINE, si se puede llamar  “enseñar” a lo que hacemos al menos desde mi perspectiva: enviar textos digitalizados, guías de lectura, trabajos prácticos, enviar enlaces y links de videos, conversaciones con interferencias por baja conectividad, o porque nuestros alumnos operan de celulares a falta de ordenadores portátiles o de escritorio. A ello, se suman docentes analfabetos informáticos (como yo) a quienes se les exige aprender a manejar aulas-plataformas virtuales, como si fuera de “soplar y hacer botellas” en un sistema que  se satura y colapsa.

        El año pasado escribí un artículo sobre Enseñar-aprender en situación de encierro (2019) cuyas bases del proceso educativo  es la presencia, conversación y posibilidades de transformación,  en sintonía con otro más antiguo sobre  la  Educación como encuentro humano (1995). En ellos anida la idea de que los procesos de enseñar y aprender requieren de la presencia, de un encuentro humano en el que nadie aprende solo, pues aprendemos en comunidad como diría Paulo Freire. Dicho proceso se materializa en la presencia plena y en la conversación, como sujetos que vivimos en ella, como sujetos conversacionales. Conversaciones, narrativas en la que circulan palabras, significados y prácticas sociales, construyendo, deconstruyendo y reconstruyendo procesos educativos transformadores, siempre contextualizados socioculturalmente.

         Trabajo Social es una carrera acreditada ante el Ministerio de Educación como una carrera presencial. Ello significa presencia, conversación, lenguajear  entendido como coordinaciones conductuales consensuales (Maturana, 1988, p.86) vínculo,  interacción en cuerpo, palabras y miradas en sintonía comunicacional. Trabajo Social constituye una disciplina científica que requiere un proceso de enseñanza-aprendizaje con la impronta ineludible de encuentro humano, de los afectos y de la pasión. Desde esta perspectiva, difícilmente se pueda reemplazar con la educación virtual.

          La perspectiva expuesta, fue construida en 34 años de ejercicio profesional en diferentes campos de actuación (salud, educación, seguridad, OSC) y 20 años de docencia superior en Trabajo Social. Como refiere la colega Mirtha Mamaní de Salvatierra “quizás los docentes más viejos, descuidamos el valor de las TICs en educación y no incorporamos esos aprendizajes”, y tiene razón, en eso nos quedamos o nos confiamos que nunca sería urgente y prioritario, o única salida.

          A ello agrego, – sin negar sus ventajas- aunque las hubiéramos incorporado, tendría sus limitaciones frente a la exigencia del vínculo humano de nuestra disciplina científica. Vínculo humano que como docentes de Trabajo Social desplegamos en la cotidianeidad de nuestras aulas y  centros de práctica. Vínculo humano, afecto y pasión por la profesión que son irremplazables por la virtualidad exigida.

Mg. Víctor Hugo MAMANI

Jujuy, Argentina.  03 de Abril 2020.


[1] Mg. en Trabajo Social (UNER) Lic. en Trabajo Social (UNSE) Trabajador Social (IES Nro 7. Populorum Progressio-Intela) Docente e Investigador. Director del Centro de Estudios Socioculturales y Acción Comunitaria JAKASIÑA. Jujuy. Argentina. Autor de libros y artículos científicos en su especialidad. Columnista en Revista Elite. México.

Un comentario en “Coronavirus_Cuarentena y Trabajo Social

  1. Estimado colega acompaño tu análisis pero intentando asumirme como parte de esta realidad y asumir lo que está, y nos está ocurriendo, es que intentó pensar, con muchas interpelaciones de por medio, cómo acompañaŕ a nuestros estudiantes en este camino turbulento y de tanta incertidumbre. Gracias porque tu aporte me ayuda a re-pensar algunas cuestiones.

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