Por Arturo Morales desde la provincia de Salta, Argentina
Es una noche lluviosa de otoño:
Cada gota que caen del gotero me dicen tu nombre y ellas son la frescura buen aventurada que acaricia el planeta tierra,
Los relámpagos que se asoman por mi ventana, me reflejan la luz de tus preciosos ojos.
Las cuatros paredes de mi habitación son la perfección diseñada por la arquitectura de tu cuerpo y pintada con el arcoíris de tu mirada.
Al frente mío hay un televisor apagado hace más de 10 años, cierro mis ojos para viajar hacia tus sueños y él reproduce una historia donde solo somos vos y yo.
Por un instante, intento no pensar, poner mi mente en blanco, imposible, mis neuronas escriben mil historias posibles con vos.
Y siento tus suaves manos, con la brisa del viento que ingresan por la ventana de mi pecho y me acaricia el alma.
Y viajamos, tomados de la mano con la libertad, recorriendo las calles de tus sonrisas para luego perdernos en el mundo de tus pupilas.
Adelina Méndez
Victor Mamani
