El conflicto y el no conflicto de la Noria de San José

Noria San José

 

Por José Manuel Martínez Guiza

El despojo ancestral que los malos gobernantes asociados con las empresas multinacionales realizan en detrimento de las comunidades sigue vigente, por lo visto.

No nada más se trata de que algún juez establezca quien tiene la razón histórica y legal sino que es un asunto de justicia social ante todo.

Porque lo legal no siempre -o casi nunca- es lo justo.

A la comunidad se le expropiaron 1200 hectàreas en 1981 para desarrollar y ampliar la entonces incipiente zona industrial. Se les prometieron infraestructuras como drenajes, agua potable, la perforación de dos pozos, y que el asentamiento que data de 1900 no sería movido de su lugar donde entonces había 28 familias y hoy mas de 135.

Hasta se elaboró un convenio-promesa ante la autoridad agraria.
Pasaron 22 años y nada sucedió ni en un sentido ni en otro. Las empresas empezaron a llegar, poco a poco, pero el “desarrollo” social no. La comunidad lentamente ha quedado rodeada de grandes fàbricas, internacionales, de hecho son vecinos de los parques industriales Tres Naciones -una de las mas modernas de América Latina- así como de Millenium y el Parque Industrial del Potosí.

Pero sus calles -todas sin excepciòn- son de tierra y apenas hace tres años que les colocaron algún tipo de drenaje y agua potable, en algunas calles, y casi no hay luz publica ni mucho menos vigilancia.

La mayoría de la población económicamente activa trabaja en la zona industrial, ganando salarios miserables la mayoría, pues esa es la panacea del “desarrollismo industrial”, los bajos salarios.

ningún gobernador, se acordó durante veintidos años de que existía esa comunidad engullida por los monstruos industriales.

Hasta que apareció Marcelo de los Santos que en mayo de 2003 enajenó 6.5 hectáreas o un poco más (66 500 metros cuadrados) de los terrenos expropiados en 1981, para venderlos a Parques American Industries, empresa de Chihuahua de capital americano pero con socios mexicanos, varios de ellos políticos o hijos de políticos potosinos, como Diego Valdez Labastida y Marcelo de los Santos Jr. entre otros. Y varios amigos de ellos desde luego.

Esa franja de terreno en cuestión, se encuentra situada entre la prolongación de la Avenida. Industrias, el Eje 136, el Antiguo Camino a Santa María del Rio y la empresa Zoppas, S.A. que es parte del Parque Industrial Tres Naciones.

De nada valieron los fallidos intentos de la comunidad, del ejido, de hacer valer el convenio que en 1981 el entonces secretario de gobierno Hèctor Gonzàlez Làrraga firmó junto con tres diputados y ante el delegado de la Reforma Agraria. Era solo un papel.

Durante los últimos diez años, la empresa American Industries ha intentado posesionarse del terreno que le compró al gobierno, infructuosamente, pues la comunidad se ha opuesto y lo ha evitado.

Juicios han ido y venido. El gobierno de Toranzo y el de la alcaldesa Labastida, no más le dieron largas al asunto. Y buscaron beneficio personal y familiar
Hoy en 2016, un juez ha sentenciado que a la empresa le asiste “la razón” y ordena que tome posesión y desmantele la cancha de fútbol comunitaria.

Pero el problema no es en si la posesión de un terreno que por si misma, no le resuelve los problemas de fondo a la comunidad.

El No-Conflicto que permea, que rodea al Conflicto, es más grave.

Los intereses entre políticos y empresarios dan de lado a los intereses de las comunidades, a cuyos habitantes les arrojan las migajas de bajos salarios -pero al menos es trabajo les dicen- ¿y las promesas olvidadas y los cumplimientos tardíos?

De lo que aquí se trata: es que el progreso, el desarrollo, también beneficie -y de manera suficiente y justa- a las comunidades que fueron engañadas para ceder sus terrenos. Es un asunto de justicia social y no nada màs de tenencia de la tierra.

Este conflicto y su no-conflicto, no podrán ser resueltos con falsas e hipócritas mesas de mediación por parte del actual gobierno de Carreras. Y está en riesgo de generarse represión y muerte, como en El Jaralito, a escasos dos kilómetros de distancia de la Noria de San José que ocurrió hace pocos años.

Se requiere el compromiso tanto del gobierno del estado como del ayuntamiento, en dotar de servicios plenos y dignos a esta comunidad. No se vale tampoco de “quedarse al margen” como lo hace el alcalde Gallardo.

Pero lo que realmente pretenden tanto los industriales como sus socios, los políticos, es quitar a esa comunidad de enmedio, reubicarla en algún terreno baldío, mas allá, donde no estorbe ni demerite sus plusvalías.

Y esto es la verdad de fondo en este conflicto.

Y esto solo es la punta del iceberg en cuanto al “desarrollismo industrial” tan cacareado por los gobiernos -del partido que sean- pues dicho progreso solo beneficia principalmente a empresarios y a funcionarios, y mínimamente a la población despojada de sus tierras bajo argucias legaloides.

La lucha de los habitantes de la https://www.facebook.com/noriadesanjose es una Lucha Digna.

Movimiento Cìvico Democràtico, A.C. San Luis Potosì, S.L.P. a 22 de julio de 2016

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