Y no es un asunto de sentirse intocable sino de respeto por el trabajo que se hace frente y tras bambalinas.
Es costumbre ya de por sí, que en los medios radiofónicos o televisivos de manera “Abrupta” corten la transmisión de determinado programa. Ana Neumann usó este término pero yo lo entiendo como lo que es: Áspero, rudo, sin educación e inesperado.
Recuerdo que a mi, ni siquiera me permitieron despedir el programa que yo producía, Elite Radio Calidad Total que se trasmitía en Magnética FM. Por un arranque lunático del propietario sin visión ni idea de cuánto trabajo existe antes y después de hora y media de programación a la semana. Que prácticamente se trabaja completa.
Para el conductor no sólo es hacerse de un nombre sino de una imagen que por supuesto, se logra a base de mucha dedicación, ya que el tiempo se adelanta a mínimo de cuatro programas, sea en vivo o grabado… Uno siempre va adelantado.
Dar “salida abrupta” a una programación, es más que una forma ilegal e irrespetuosa de “informar a última hora”; que el tiempo que estuviste dando un mensaje con finalidad para que esa estación de radio fuese escuchada, no les importó un comino.
Es triste, pero no hay mal que por bien no venga. y me consta.
Más bien, hay que agradecer cuánto se puede conocer a las personas que envidiosamente laboran tras tus espaldas porque a pesar de que te faltaron al respeto, no pueden hablar mal de ti.
Que de repente quieran una planeación nunca antes exigida, no significa que no la realices, o que nunca tuviste el criterio y la capacidad de llevarla a cabo porque todo programa con objetivo al aire. tiene una planeación.
Hasta los jóvenes merolicos que hoy conducen, deben tener un guión.
Y comprendo a Ana quien a lo largo de 19 años se convirtió en un ícono más de la cultura por lo que ella escribió a sus oyentes, las siguientes palabras:

A los radioescuchas del programa ANTOLOGÍA, de Radio Universidad y a la opinión pública en general:
Me dirijo a ustedes, en respuesta a su interés y preocupación por la abrupta terminación de la trasmisión de ANTOLOGÍA, producido por su amiga y cómplice Ana Neumann.
El pasado miércoles 10 de abril, del año en curso, salió al aire el último programa Antología, luego de 19 años, dos meses y 9 días de hacerlo, por el 88.5 de la FM, “El otro perfil de la Radio”, de Radio Universidad; programa que inició el 1º. de febrero del año 2000 y que fue precedido por 9 años de haberlo trasmitido, con otro nombre, por el 96.9 de FM, entonces Globo Stéreo, que iniciara el 1º. de abril de 1991.
Ambos programas con el mismo ideal, de sensibilización a la cultura y al arte, compartiendo con dignidad, historias, principalmente locales, potosinas, aunque extendiéndose al ámbito universal: leyendas, personajes, anécdotas, sucedidos, efemérides, música, literatura, Bellas Artes, entrevistas con artistas, comentarios sobre la vida cultural, nuestro quehacer; descubrir nuestras raíces, nuestra identidad, el asombro, a través de la lengua, provocar la imaginación, tocar las emociones; conciencia, reflexión y gozo, entre muchas otras cosas, porque todo tenía cabida. ANTOLOGÍA: una ventana a la historia de nuestra ciudad, de nuestro Estado, San Luis Potosí, dándoles presencia y voz a los potosinos.
Desde un inicio y a lo largo de casi tres décadas como productora independiente, me vi colmada por la audiencia, los radioescuchas, mis cómplices, quienes me abrieron las puertas con sus aparatos de radio, pues somos muchos los que comulgamos con la honestidad, la aceptación, la autenticidad, el respeto, la libertad, el anhelo de comunicación con “el otro”; de deseos compartidos por un mundo mejor y por vivir, recrear momentos que nos alejan de una realidad, cada día más abrumadora, y ésto lo he visto coronado, gracias a la magia de la Radio.
Todos estos años viví con la libertad y la confianza de quienes me dieron la oportunidad de realizar lo que parecía una utopía (Elías Navarro Martínez y Pilar Delgadillo): tener mi propio programa radiofónico, donde pudiera hablar sin cortapisas, de lo que, para mí, es imprescindible: soñar, conocer, crecer, conmover, compartir y constatar que no estoy sola, que no soy “una voz en el desierto”, como decía don Salomón H. Rangel.
Por más de 28 años, los que viví, creyendo que serían para siempre, dentro de la ética, que implica respeto para mí, para los demás, dentro y fuera del quehacer y decir…y que recibía lo mismo. ¡Cuán equivocada estaba!
Resultó cierto aquello de “…es más fácil encontrar rosas en el mar”. Sí, creyendo que “…la libertad es un derecho de la humanidad”, inalienable; cuánto más para el artista, el creador, y el receptor, que lo honra con su reconocimiento, amistad, en una mágica complicidad.
La palabra, máximo don de nuestra raza, la humana, que hace y deshace; soberbia atribución del que la usa, la palabra, en bien de su prójimo y su esperanza.
El fascismo, cáncer del mundo, aniquila todo y a todos; anula la libertad, humilla, acosa, amenaza, condiciona sin argumentos, destruye el patrimonio moral, físico, cultural, emocional y de memoria; pone rejas y grilletes a lo sublime, al afán, al derecho, a la superación, al respeto propio y hacia los demás. ¡Es inaceptable!
Por todo lo anterior es que no estoy más en Radio Universidad; y lamentablemente no soy la única, somos muchos los que vivimos una realidad irracional, aberrante, luego de 80 años “Por la Cultura y por el Arte”.
Radio Universidad es la segunda difusora cultural del país, NO comercial, que se funda con el esfuerzo de muchos idealistas para llevar al público potosino, radioescucha, a otro ámbito, que no fuera el consumismo, sino el deleite de la buena música y la noble palabra; que sacara del ostracismo a la población para transportarla a mundos maravillosos e incluyentes que abarcaran desde el niño hasta el anciano, y que fuera el orgullo y el rostro de nuestra Universidad y de San Luis mismo, cuyo acervo es patrimonio de los potosinos y guarda poco menos de un siglo de historia nuestra.
¿Dónde quedaron esos ideales?
ANA NEUMANN
San Luis Potosí, S.L.P., a 10 de junio de 2019