Compartir

Reflexiones Valiosas:

¡Muy bellos días!! ¡Gente bonita! La belleza de compartir sea la bendición que te alcance, porque el que comparte siempre obtiene la mejor parte.



¿Recuerdas los momentos cuando has sido compartido?

Qué satisfacción tan bella y sin alardes, donde el gozo es interior y nada ni nadie lo perturba. Eso es el corazón gozoso, el alma grande y el cuerpo sano de una Persona en Gratitud.

¿No sabías que cuando retenemos -no compartimos- el cuerpo enferma? ¡Ah! Pues he ahí una razón. La desconfianza o falta de fe. La angustia o el miedo de quedarte sin lo “tuyo”. El enojo porque tú quieres recibir “y nadie te da”. Todas estas son fuertes motivaciones para empobrecer el alma… Y cuando el alma empobrece, el cuerpo enferma.

¡Si! Por eso cuando decidimos COMPARTIR, estamos liberando el alma. Es abrir los brazos para soltar y entonces estás listo para recibir, para abrazar… ¡Para encantar!

El puño cerrado de la ira o del miedo, no sirve para entregar y menos para recibir. Entonces… ¡Hay que soltar!
Liberar la energía del “sólo yo y para mí” eso te sanará más que la desconsolada súplica. ¡No! La bendición es abundancia, fe, carisma, empatía sin condición, esperanza sin ansiedad, salud como resultado y no como condición inicial. La salud es un resultado, pero de eso luego platicamos.

El que parte y comparte se lleva la mejor parte. Y no siempre es la más grande de las partes y tampoco se queda con esa parte; pero sí, siempre se lleva la mejor parte.

Anda, ve por la vida sembrando sonrisas, comparte lo mejor de ti; lleva esperanza con tu mirada y certeza de bondad con tus acciones. No dañes… ¡Nada! Por el contrario, ¡Contribuye! Y si aún no sabes qué es lo mejor de ti, calla, escucha, sonríe. Esas son las llaves de entrada al entendimiento.

De todo corazón deseo que lleves un mensaje sanador y resanador también, porque compartir es volver a sanar. Recibe un abrazzo de tu amigo Ulises Franco.

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